El lunes 5 de agosto fue negro, pero ya se acabó. Dejó cicatrices, frases célebres y lecciones, quizá. Enfrente de nosotros tenemos un semestre que será muy retador. Podríamos compararlo con un vuelo por una ruta llena de turbulencias, hacia un aeropuerto a medio construir… o con un campo minado.
Va un listado de los eventos relevantes que sabemos que ocurrirán en la segunda mitad del año:
- Tendremos decisiones de política monetaria.
- La definición del presupuesto 2025.
- La inminente aprobación de las reformas que incluye el Plan C.
- El fin del sexenio de AMLO.
- La toma de posesión de Claudia Sheinbaum y nueve gobernadores.
- Las elecciones en Estados Unidos.
Tendremos también acontecimientos de gran impacto que, por definición, son imposibles de predecir: fenómenos naturales, como huracanes o sismos; eventos extremos de violencia política o incidentes médicos de personajes muy relevantes; sucesos geopolíticos, por ejemplo, una nueva guerra.
Ojalá que de estas externalidades negativas nada pase; sin embargo, siempre pasa algo inesperado que mueve el tablero. En 2020 estalló la pandemia; en 2022, la invasión rusa a Ucrania; en el 2023, el huracán Otis y el ataque de Hamás en territorio israelí. El 2024 tuvimos el atentado fallido contra Trump. Estamos viviendo el año con temperaturas más altas desde que hay registro.
Así que agárrese, que la función debe continuar.
