- Visto el presupuesto de Durango desde un punto de vista pragmático (como un todo), es poco alentador para el crecimiento económico. La inversión pública no pesa.
- El presupuesto es completamente inercial, cíclico y no responde a una necesidad urgente de promover verdaderas políticas públicas para crecer, o de menos, para “sanearlo”.